jueves, diciembre 28, 2006

Mi Hermana, la Escoba

Yo tengo una hermana.
No le gusta limpiar,
le gusta peinarse;
se llama Alexandra.
Ella es muy flaca,
es alta y buena.
Yo la quiero, a pesar que es escoba,
pues sobretodo es mi hermana.
Un día, después de una fiesta en la casa,
al ver tan sucio todo,
tuvimos que barre y barrer
y la pobre Alexandra se quedó pelada.


-A Ale, que no es escoba, pero sí mi hermana.

*Escrito el 12 de Mayo del 2004.

viernes, diciembre 08, 2006

Pedagogía, historia y una radio *

I

Cuando iba en el taxi, el reloj del tablero marcaba las 2:05 a.m. con sus tenues luces verdes. El sueño me iba venciendo y el camino era largo. Radiomar Plus y la salsa dura con estridentes decibeles que generosa escupían los parlantes y algún aplauso esporádico de Hugo, el taxista, más que molestarme, me adormecieron. Como una cuarentona regia de gimnasio cede a un chocolate, asolapada en el baño, cedí al sueño. He aquí lo que soñé:
Daban las 7 y cuarto de la mañana y el dorado sol de Saint Luis entraba a por la ventana. Nikola se despertó como todas las mañanas y lo primero que hizo fue arreglar su delgado bigote. Luego de rascar lo que debía rascar y bostezar más que un hipopótamo desvelado, se levantó y pensó frente al espejo del baño en las bases teóricas de la propagación de ondas electromagnéticas, descritas por primera vez por James Clerk Maxwell en un documento dirigido a la Royal Society titulado “Una teoría dinámica del campo electromagnético”, el cual describía su trabajo entre los años 1861 y 1865. Tesla siempre pensaba en ello, y la amplia frente se le arrugaba mientras cada detalle se acomodaba en su cerebro. Sonrío. Le gustaba ver su cara con esa expresión. Reconocía que era lánguida, un poco cónica con la punta en el mentón, pero así se veía misterioso, intelectual, como un paso delante de los demás. Daría un paso adelante, él lo sabía. Lo sentía viceralmente.

Con su acostumbrado traje negro, hizo su primera demostración pública de radiocomunicación en 1893. Con el mismo traje en el Franklin Institute de Filadelfia y en la National Electric Light Association describió y demostró en detalle los principios de la radiocomunicación. Sus aparatos contenían ya todos los elementos que fueron utilizados en los sistemas de radio hasta el desarrollo de los tubos de vacío.

Antes que él, Heinrich Rudolf Hertz, entre 1886 y 1888 afirmó que las ondas se propagaban a una velocidad electromagnética similar a la velocidad de la luz, y sentó las bases para el envío de las primeras señales. A su vez, el ingeniero ruso Alexander Popov, en 1889, fue quien reprodujo las experiencias de Hertz y observó que la sensibilidad del cohesor (reveladores de ondas electromagnéticas), aumentaban al conectarlos a un hilo conductor que suspendió a una cometa, inventando así la antena. La madre Rusia considera a Popov como el autentico inventor de la radio. Y no se les diga más, que debajo de cada ruso, rascando bien, se encuentra un cosaco. Tesla sabía ello y de hecho sin ello no hubiera podido perseguir su sueño de la comunicación global.

En Estados Unidos, algunos desarrollos clave en los comienzos de la historia de la radio fueron creados y patentados en 1897 por Tesla. No obstante, la Oficina de Patentes de EE.UU. revocó su decisión en 1904 y adjudicó a Guglielmo Marconi una patente por la invención de la radio, dicen que sus amigos Thomas Alva Edison y Andrew Carnegie, algo tuvieron que ver en el cambio de parecer. Tesla lo sabía, pero también sabía cual era su mérito. Siempre lo supo y con el bigote bien peinado fue feliz, a su bizarra manera, como le encantaba serlo. La patente de Tesla número 645576 fue restablecida en 1943 por la Corte Suprema de Estados Unidos, poco tiempo después de su muerte. La decisión estaba basada en el hecho de que había un trabajo preexistente antes del establecimiento de la patente de Marconi. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Me despierto y no es Tesla cantándole el estribillo a Marconi, cachoso en el más allá. Es Hugo que parece que de acá se va al Tropical a recoger a los salseros que se van a su casa cuando la noche acaba. Aún no estoy sólo en el taxi. Falta dejar a dos más. Ojalá no sea yo el último, pensé, que este gordito sabrosón puede ser medio chorizo y pierdo. Me importa poco o nada, total ni para el taxi tengo. Vuelvo a dormir.

Es Nochebuena de 1906. Así al menos lo muestra el almanaque en la mesa. Reginald Fessenden está de más nervioso y no deja de acomodarse el escaso cabello. Su cigarro se está acabando y busca el siguiente en el bolsillo secreto del chaleco. Lo prendió antes de terminar el que tenía en la boca y así, transfigurándose en una chimenea de ingenio y coleterol transmitió -utilizando el principio heterodino- desde Brant Rock Station, en Massachussets, la primera radiodifusión de audio de la historia. Buques en el mar pudieron oír una emisión que incluía a Fessenden tocando al violín la canción “O Holy Night” y leyendo un pasaje de la Biblia. Fue definitivamente una noche muy buena para el canoso Reginald.
II

Un cuetón. ¡Feliz Navidad! No. Es mi cabeza la que produjo el sonido. Me fui de cráneo contra el vidrio. Esto me va a doler mucho mañana -o en unas horas- pienso y me sobo resignado. Aparte de la risa de mis dos acompañantes, escucho la aguerdientosa voz de Hugo. ¿Estás bien colora’o? Tremendo golpe que te has metido. Sino quebraba, ese animal hacía que nos reventemos contra el poste. No le creo. Las risas lo desmienten. Pero Hugo se siente culpable de haber dado una curva cerrada por las puras y que aparte de subírsele el ego creyéndose Schumacher, casi me reviento el occipital contra el vidrio. No te preocupes gordito, con tal que llegue en una pieza a mi casa, estamos bien, total igual me iba a doler la cabeza al despertar.

Vuelvo a cerrar los ojos, por el persistente sueño o por la probable contusión. Es un lugar más conocido. Mas limpio y menos tugurizado de como lo conozco. Es la Lima de 1925. Se forma el consorcio peruano-británico Peruvian Broadcasting Co., de la Estación OAX , la cual pasó a depender del Estado al año siguiente. En base a esta broadcasting y la experiencia de los servicios de radiocomunicaciones del Ejército y la Marina es que el Estado encarga a la Marconi Wireless Telegraph Co. la instalación de una moderna y potente estación radial, que fue inaugurada el 30 de enero de 1937 con el nombre de Radio Nacional del Perú. Que bien que nos iba. ¡Qué rápido pasan los años!

La prodigiosa voz de Ima Súmac y la elegante pasión de Chabuca Granda, desfilaron a través del tiempo, en aquella cabina. Ahora son los cuarentas y las radionovelas son la moda. Norah es niña, y está creciendo con ellas. Ya fantasea con sus amores y llora en silencio, a veces, en su cuarto sus dramas, pues empieza a sentirlos en carne propia.

Ernesto tiene 19 años y es fanático de Led Zeppelín y Slade. Doble 9 a todo volumen. Norah lo ve pelucón y le pregunta porqué se está dejando el bigote, qué importa -piensa-, ya se le pasará, ignorando que cumplirá cincuenta y seguirá con el adorno facial. Aún no termina el solo de Jimmy Page, cuando entra Tavo. El pantalón de boca ancha y el polo apretado con un estampado de Pink Floyd se los acaba de comprar. No dice nada hasta que acaba la canción, se limitan a escuchrla y gozarse en el rock and roll. ¿Vamos? Hoy somos, Javier está con el carro afuera -dice Tavo acomodándose el ensortijado pelo-. Bajan las escaleras. Las calles miraflorinas, tan suyas, los esperan para un viernes, que como todos, promete diversión, música y una pelea, quién sabe. Ya cruzaron la sala y antes de cerrar la puerta Norah grita “¡Bájame el volumen pues hijito, hasta acá se escucha tu bulla!”, Ernesto regresa corriendo, entra al cuarto y dice, Ma, no llego tarde, apágala tu porfa. Le da un beso en la frente y sonríe. Su mamá sonríe también. Ya mi amor, le dice. Subiendo se pregunta qué pasó para que pasen esa música en la radio y extrañó infinitamente ser niña y escuchar las radionovelas con sus hermanas, soñando cómo sería ser grande, amar y ser amada. Cómo sería tener un hijo. Pero extraña aún más al Ernestito chico, el que aún no salía de noche con sus amigos y no escuchaba rock a todo volumen. Esto se escucha hasta Magdalena, que horror, y apaga la radio.

III

Ya bájate, yo de acá me voy a mi jato me dice Daniel. Llegamos a mi casa. Veo el reloj y son casi las 2.40 a.m. Chau cabezón, le digo. Me despido de Hugo. Ponte hielo en la mitra vocifera; se ríe mientras arranca por la desierta y fría Benavides y Daniel lo acompaña con alguna carcajada. Los veo hasta que dobla la esquina y entra embalado por Larco. Yo también me río y me sobo la cabeza. No me duele, seguro soy un cabeza dura.

Subo y me saco los zapatos. No por querer pasar desapercibido, mi departamento es del tamaño de una cajita de fósforos, es más bien por comodidad. Pienso que debo comprarme un talco. Me hecho en la cama y duermo profundamente.

Ya en la mañana, por poco mediodía, me levanto. Voy donde mi papá y está con mi padrino. Hola tío Tavo, le digo. Están escuchando música, es Doble nueve, un programa de rock clásico sabatino. Me quedo con los dos escuchando una canción de Frampton, los tres tarareamos, pero no sabemos más que el coro. Ernesto acompáñame al taller a ver mi carro, dice mi padrino y éste acepta. Salimos juntos.
-¿Dónde vas a estar?, me pregunta.
-Donde Axel, acá nomás.
-¿Qué le llevas?
-Es el disco de Tesla, él también lo tiene, pero se le rayó, contesto.
-Ah ya, ese grupo es bueno, como los grandes, me dice, lo dice al aire.
Se va con mi tío. Yo sigo caminando hacia la casa de Axel y veo la portada del disco, donde figura ególatra el nombre del grupo en casi toda la superficie. Sino fuera por ti –pienso en voz alta, aunque también se lo digo a Nikola, donde quiera que esté- no tendría nombre este grupo y no tendría donde escucharlo tampoco. Ya llegué. Silbo, luego toco el timbre y me froto la cabeza, sí dolió el golpe.
*Texto escrito en principios de setiembre del 2006

domingo, noviembre 26, 2006

Una lista

Luego de leer algo similar, acaso igual en forma y probablemente en fondo a lo que estoy a punto de redactar, en un interesante blog de alguna abeja ansiosa, y con menos pudor que sinceridad y afán de realizar algo, esribo este post, mientras retumba algo que años atrás me dijo un tío que ahora vive en latitudes españolas.
Dijo él, según recuerdo, una noche en la que yo andaba peleado con mi padre, cosa que a mis doce años era muy mal vista, que imagine “qué sería vivir así (en ese momento estiró los brazos y esbozó un sonrisa. Creo que lo hizo, quiero recordarlo así), sin mentiras, sin secreto alguno. Siendo tú y punto.” Nunca olvidé ni olvidaré esas palabras. Figuro que no fue él quien lo dijo, sino que fue un impulso de sabiduría Universal, que lo dije yo, el Tiempo; que lo dijo mi padre, sin decirlo, sentado a mi lado absorto en las palabras de su primo igual que yo. En fin, con esos puntos algo claros y no sé que tan necesarios u oportunos, acá va una lista (como debe haber miles en la web) sobre 50 cosas acerca de este escribidor. Si sirven de algo en buena hora, por lo que a mí respecta, la catarsis fue revitalizadora.

1.- Mido un metro con 79 centímetros, pero digo, falsamente apoyado en mis documentos, que mido un centímetro más.

2.- Amo profundamente, y a veces, sin saberlo.

3.- Algunas veces he pensado que de pronto el mundo cambió sin que yo sepa y que todo lo que he vivido y mis referentes son imaginados.

4.- Hago esto porque quiero que lean y sepan algo más sobre mí y porque me gusto mucho cómo lo redactó Fuente Abejuna[1].

5.- Huelo, desde siempre, mi antebrazo y me relajo.

6.- Nací y he vivido toda mi vida en Miraflores, distrito limeño que encuentro fascinante y considero el mejor para pasar el resto de mi vida. No obstante sueño con andar en España, en praderas inacabables, de cielos celestes y atardeceres rosas. Con piedras lisas y enormes. Con caminatas en alamedas otoñales y noches cobijadas.

7.- Adoro tomar agua con tres cucharaditas de azúcar.

8.- Creo que la vida es algo más que un sin parar de funciones biológicas, que somos especiales y que Dios se representa siempre en nuestras vidas.

9.- No obstante creo en Dios fervorosamente, no me identifico con ninguna institución religiosa.

10.- Suelo pensar que siempre tengo todo figurado.

11.- Soy adicto a los cigarrillos.

12.- Mi grupo favorito es Aerosmith y creo que estoy algo obsesionado.

13.- Nunca he tenido un perro.

14.- No tengo hermanos de sangre ni de ley, solo de espíritu y los amo profundamente.

15.- Considero a mi abuelo, Luis Valderrama Cisneros, mi Tata, como mi primer amigo, el segundo fue Rafael Pérez-Rosas Vásquez. Ambos siguen siendo mis amigos.

16.- Leí El Principito y lloré.

17.- Tiendo a mantener todo en equilibrio. Creo en la armonía de las partes. Soy detallista y perfeccionista, pero de un modo poco ortodoxo.

18.- Siento repulsión hacia las drogas, pero he consumido.

19.- Alguna vez consideré a un hombre atractivo y me asusté.

20.- Mi madre me parece tan especial que no me atrevería a escribir algo sobre ella.

21.- El 11 de julio del 2004 vi a mi abuelo paterno y no me despedí de él. Menos de 10 horas después el murió y desde entonces siempre me despido efusivamente.

22.- Me considero creativo, ocurrente, divertido, y en líneas generales una buena persona, pero eso, considero, es vanidad.

23.- Soy líder, pero nunca lo admito, por vergüenza.

24.- Duermo con un oso que fue de mi mamá.

25.- El sabor de la Kola Inglesa con leche es uno de los más ricos que he probado.

26.- Desprecio a la gente hipócrita y cualquier tipo de hipocresía me causa repulsión.

27.- Me encanta el sexo. Detesto la idea de que sea vacío o sin conciencia plena de todo lo que puede implicar, sea cual sea el por qué.

28.- Pienso que algunas personas van a cuestionar algunos puntos de esta breve lista, y no me preocupa tanto como para corregir algún punto, ni ensayar respuestas.

29.- Estoy profundamente enamorado.

30.- El orden en esta lista no es de importancia. Eso no hay porque explicarlo, pero suelo hacerlo invariablemente.

31.- Quiero, algún día, publicar mis poesías.

32.- Me gusta conversar, de todo, hasta quedarme dormido.

33.- Me gusta reír y más hacer reír a otros, y soy bueno en eso.

34.- Durante muchos años, cuando entraba al baño, antes de hacer algo, tenía que abrir la cortina de la ducha y cerciorarme que no había nadie oculto ahí. Menos por paranoia, que por costumbre.

35.- No puedo ver pornografía por más de 10 minutos seguidos, me hastía, pero hasta antes de ese punto me entretiene.

36.- Cuando estoy ebrio, me veo en el espejo.

37.- Trato de atesorar cada segundo de la vida; es tan buena que el sólo hecho de estar aquí y ahora es una satisfacción inigualable en sí.

38.- Soy curioso.

39.- Los temblores y los apagones me asustan, pero me controlo. La idea de tener un hijo me causa pánico y eso no lo disimulo.

40.- He fantaseado, incluso de niño, cómo sería asesinar a alguien.

41.- No me siento incomodo en los velorios.

42.- No odio, pero lo más cercano a eso es lo que siento frente a los hombres que le pegan a sus parejas.

43.- No me baño todos los días (pero eso creo que todos los que me conocen lo saben).

44.- Me gustó leer gracias a "Rimas y Leyendas", libro que me mandó Denisse Huertas, profesora de literatura que tuve en tercero de media.

45.- He visto llorar a todas las personas que amo. Dudo que más de cinco personas me hayan visto hacerlo.

46.- En este momento pienso en mis amigos incondicionales y vienen a mi mente los siguientes: Henry y Ale Behr, Daniel De la Flor, Rafael Pérez-Rosas, Carla Arllentar, Axel la Riva, Rita Cervetto, Piero Damiani, Bruno Cafferata, Mario Armas, Pia Márquez, Roberto Silva, César Sotomayor, Gianfranco Gonzales, Diego Collantes, Claudia Hoyos, Victor Luperdi y Ale Zecevich.

47.- El punto anterior lo escribí en tributo a mis amigos, y no me disculpo si omití a alguno.

48.- En mi sala, escucho canciones y hago la mímica como si tocara la guitarra en un concierto.

49.-En más de una oportunidad he rascado mis genitales y luego olí mi mano. Encuentro eso tan desagradable como normal.

50.- No me gustan los elefantes, los gusanos ni las aceitunas.

[1] http://www.cronica_alterada.blogspot.com, ver post del 13 de noviembre del 2006.

miércoles, noviembre 22, 2006

Parpadeos

A veces te veo. Veo tus líneas y ciertas curvas, cuando me ves, y más veces, cuando no lo haces, o creo que no lo haces. Tienes una gracia que no conocía. Echado, veo tus contornos y un brillo en la línea que te separa, en dos dimensiones, del fondo; te veo sobresalir de la imagen que se forma de todo en mí. Veo como tu pecho sube y baja, suavemente, con cada respiro. Se eleva ligeramente, como tratando de jugar a que no lo hace, y tus labios, que son fríos, como muertos en la penumbra, ayudan. No dices nada, estás perfectamente callada. Sólo respiras. Tus largos cabellos sobre el pecho se contornean en la acogedora brisa de tu aliento, y en ese tibio sube y baja, que no se nota, pero tampoco se detiene. No hay nada más que el rumor de un silencio que llena el ambiente, y tú, desde ahí llenas todo, a tu manera.

Me atrevo y huelo tus cabellos, los huelo lento, saboreándolo, saboreando cada segundo. Nunca se repite un mismo momento. Nunca más sucederá igual, acaso siquiera similar. Alguien me dijo que eso celebran los japoneses cuando toman el té, conmemoran el momento. Es que a veces el presente nunca se puede palpar, es tan fugaz, que cuando reparas en él, ya no es más que un pretérito. Carpe Diem o lo que sea, el asunto es que en el devenir incontenible, hay que ser cada gota, para ser todo el río. Me convierto en cada uno de tus cabellos y me enredo en ti. Me enredo en mí, siendo todos tus cabellos, en tanto los sigo oliendo. Y tú me miras; me ves viéndote, y te veo verme. Pienso en cuanto te amo y sonríes, porque en silencio sabes lo que pienso y yo también sonrío, y los ojos se me reducen a dos líneas. Entonces, al cabo de unos segundos veo que detrás de esas pupilas estoy, y tú, detrás de las mías. Aprieto mis dedos entre tu cabello. Exhalo, sonrío y cierro los ojos.

Sigues ahí, a mi lado, más cerca que antes y la noche, también, acompañando, pero más lejos. No estás acá, estás en donde tu sueño desee que estés y sigues respirando como esperando a la Vida, que va un par de pasos por detrás. Te acomodas en mi pecho, buscando protección o dándomela, libre descansas y yo, boca arriba, te veo de reojo. De pronto haces ese ruido, ese que haces cuando duermes y que nace desde el fondo de tu garganta, volteo y estás igual. Eterna. Veo, y más importante, siento que solo te acomodas y soy completamente feliz. Y en ese momento, cuando duermes en mí, en perfecta armonía y comunión, caigo en cuenta que estoy en el lugar exacto donde quiero estar. Sonrío, cierro los ojos y duermo, tratando de alcanzarte allá. Dejando a la Vida un par de pasos detrás.

jueves, noviembre 16, 2006

Deshhhde Eshhhhpaña ¡Coño!

Conversamos casi todos los días. En la mayoría de los casos se ríe y escucho su risa desde dentro de mi cabeza, como si no emanara de ella, sino de mí. Y me cuenta –cómo no- de su enamorado con nombre de cómic de diario francés, y que la publicidad que tiene que hacer para la universidad, y la ropa que se pondrá el sábado y el atún que acaba de comer y Chaq y, en fin, cosas que a mí me competen y a nadie más[1]. No importa la hora, siempre hay qué hablar, con qué molestar. Como es natural, luego de uno cinco minutos o tres horas me despido y ella también. Generalmente ella siempre está más cansada que yo. Que descanses –siempre digo- y luego cierro la ventana.

Si no fuera por el servicio del messenger probablemente no tendríamos mayor contacto. Hace ya unos dos años que se fue a dominar las tierras españolas y hasta ahora le va bien. Terrazas le llaman a la localidad donde vive, hasta donde me acompaña la memoria. Es algo pequeño, me cuenta, pero acogedor, como si su cuarto fuera todo el poblado. El edificio donde vive le sirvió menos de techo que de trampolín para conocer a más de uno, con más de una nacionalidad y más de una opción sexual (que mal visto por estas latitudes es).

Un gato la acompaña y más de una anécdota en un Repsol con un par de cojudos. Sus compañeros de cuarto han sido tantos que no logro recordarlos, y ver el archivo de bitácoras que enviaba desde la ex metrópoli no me entusiasma mucho. Ahora vive con una chica, ¿o dos?, en fin…Se le escapa algún "coño", "coche" o un "eh" o "vale", pero no importa, soy materia dispuesta para recordarle palabras como "lompa", "chochera", y el escencial "arranca oe!".

Es raro[2] saber cómo se siente alguien a quien no ves, reírte con sus cuentos de lugares que no conoces y de personas que no imaginas. La esencia de la literatura emana de la forma más natural, tan sólo contando que pasó el fin de semana en un club de Barcelona. La cotidianeidad de las conversaciones e incluso su incursión en algunas conversaciones ajenas a ella por algún distrito limeño, hicieron algo bizarro el hecho de volver a verla en vivo y en directo, fuera de un monitor. Es raro abrazar a alguien a quien extrañas, sin extrañar, en el mejor sentido de la palabra.


La verdad es que hace tiempo quería escribir algo sobre esta gran amiga que está a miles de kilómetros, un océano y un buen jet lag[3] de acá. Ya conversaremos en estos días, por web, como siempre.

[1] Confidencias propias de la amistad. No te preocupes, no divulgaría nada.
[2] Gustavo Adolfo Bécquer, genial poeta y cuentista español romántico, en una de sus Leyendas, llamada “Es Raro”, finaliza comentado las cosas que son raras, con un matiz irónico, sarcástico y más que reflexivo. Es con esa dirección con la que se usa la expresión. Se recomienda de sobremanera leer “Rimas y Leyendas”, universal muestra de genialidad.
[3] El viaje a España dura algunas horas (no recuerdo cuantas), y con la diferencia horaria resulta que una vez en tierras peninsulares, hay un vacío de unas 8 horas que se perdieron. Lo bueno, dicen, es que se pueden recuperar si se vuela de regreso.

martes, octubre 24, 2006

Tan lejos y cerca de ellas

A modo de introducción vale aclarar que esta nota salió publicada en La Primera, el 15 de mayo, con ciertas frases mutiladas, las cuales están en esta nueva versión, casi igual que en el texto original previo a la edición; no iguales, pero en escencia sí, y eso es lo que vale. Por qué poner una nota del día de la madre a medio camino para el siguiente festejo, siemplemente porque no debe restringirse tanto amor a un sólo día. La gratitud a lo más cercano al amor divino merece más que una vida. A mi madre ante todo, a mis madres putativas...a todas, con absoluto respeto e inacabable admiración.


Los ojos de los visitantes de un cementerio siempre tienen una opacidad particular, como una nostalgia universal, un dolor que los marca en el fondo de las pupilas. Sin embargo hay días en que aquel par de ojos se hunden más en la muda soledad. Ayer fue uno de esos días.

Un océano de gente acudió a El Ángel a visitar la última morada de sus madres, abuelas, tías o hermanas, recordándolas en un día de sentimientos encontrados. Eran olas grises que se movían lentas, melancólicas en su luto eterno. A pesar que la venta de tarjetas e incluso globos, pretendían engañar al ojo despistado, como si se tratara de una festividad, bastaba una rápida mirada para reconocer que aquellos pechos comprimidos, escondían un amargo gólgota.

La marea era alta, pero andaba como ida. Era de aquellas que temen los hombres de mar, porque presagian un mal inmenso; y siendo medio día, era nocturna, de una media noche que se detuvo por siempre. Las personas no auguraban uno, sino que lo venían arrastrando a cuestas desde la sima del alma, y lo seguirán haciendo invariablemente.

Mientras frente a los nichos se reunían incluso madres abrazando el etéreo seno materno, otras se ganaban el diario. Para doña Virginia es un día más.

Ella vende huevos de codorniz en la entrada del Ángel hace más seis años y cada segundo domingo de mayo es una excusa para poder vender algo extra. “Yo trabajo de seis de la mañana a siete de la noche. ¿Mi regalo por el Día de la Madre? Regresar molida a mi casa y que mis hijos me abracen”, dijo y siguió pregonando a cuatro vientos, esperando lograr de sol en sol, algo que levar a sus vástagos.

La otra cara
En un estrado la música para y se escucha: ¡Feliz día a todas las mamás! Todos aplauden. Globos en forma de corazón se agitan. En el Parque de la Exposición se respira fiesta.

Al igual que en El Ángel hay cientos de personas, pero el ambiente es distinto a pesar de que el motivo es el mismo. Los almuerzos son un gran regalo.
Mamá, tú cocinas todos lo días, hoy te llevamos a comer fuera, no te preocupes, parece ser el tácito anuncio. Las madres caminan de las manos con sus hijos, con sus parejas si las tienen o con demás familiares.

Son sonrisas inacabables, la catarsis del amor materno, del amor a la madre. Ven la función de teatro, pasean por los jardines, observan las lagunas y los gansos. Una gansa camina y es seguida por sus cuatro crías. La rodean, la cruzan, se ven en cierta forma felices, como si para ella también fuera la celebración.

jueves, octubre 12, 2006

Varas desiguales

Ante la peligrosa postura norcoreana, es valido tomarse un tiempo para analizar un punto en particular sobre las reacciones dadas.

Mientras agradecía al cielo por que no me tomaron un examen de periodismo de opinión sobre un libro que no leí, escuche los comentarios que se hacían en torno a las reacciones en base a las recientes pruebas de armamento nuclear por parte de Corea del Norte. Las condenas de la comunidad internacional, y de la Organización de Naciones Unidas (ONU), así como las miradas desviadas de otras potencias, no eran mayor sorpresa, no obstante reparé en una.

Luego de las ya mencionadas censuras internacionales ante las actividades ciertamente provocadoras e insensatas de la República Popular de Corea del Norte (cosa que no es tema de discusión en este momento), o en todo caso, a los anuncios que hicieron las fuentes oficiales de este país respecto a dichas pruebas, un país se no mostró lapidante, Irán. Este polo de contraposición al bloque occidental del mundo, es decir, a Estados Unidos y sus compañeros, y además uno de los principales países que ostentan un avance nuclear -que no parece acercarse a una decaída, por parte, al menos, de Mahmud Ahmadinejad, cabeza del gobierno iraní-, manifestó cierta condescendencia con Corea, y fue de la misma boca de Ahmadinejad, diciendo que debería mantener negociaciones donde se respeten “sus derechos”. Es decir sus derechos a enriquecerse con uranio, a tener un arsenal nuclear y continuar haciendo pruebas sobre el desempeño y eficiencia del mismo. Ello no debería sorprender, pues ambos países pretender reforzar este tipo de armamento y mantener conversaciones con EE.UU. y la ONU sin restricciones, no obstante el espaldarazo, que en las declaraciones brindadas a medios de prensa es algo tímido, su verdadera naturaleza, no lo es tanto, pues por coyuntura no le convenía al régimen iraní vociferar mucho, ya que tiene que lidiar con sus propios problemas frente a la mencionada organización internacional.

No obstante, y este es el punto fundamental, se comprende un apoyo a las posturas Kim Jong-Il, cabeza Corea del Norte, pero en todo caso, ¿No debería el Estado iraní repudiar sobre todas las cosas el régimen comunista que éste mantiene? El comunismo no contempla la figura de un ser supremo, la niega rotundamente, es decir, que entre otras cosas, no acepta la idea de Alá como el Todopoderoso, y por ende, Mahoma no podría ser Su profeta, ni el Corán Su palabra y compendio de estatutos.

Si Irán (entiéndase que no su pueblo, sino su dirigencia gubernamental, la cual es, hasta donde se tiene entendido, fervorosamente islámica) condena, entre otras cosas, a EE.UU. y demás como infieles y encuentra ello inadmisible, por qué entonces apoyar una medida tomada por un país que niega la existencia de su Dios y la validez de su entera religión. No debería, en todo caso, mostrar su apoyo público por las medidas positivas o humanitarias que tomen el resto de países impíos, como ayuda alimentaria o de salud, acaso realmente congratulables. No se supone que son deplorables, principalmente porque no comparten la fe musulmana y es por eso que nacen los demás conflictos. Entonces a qué viene saludar una acción tomada por Corea del Norte, si no es más que por solidaridad en sus enemigos comunes. No critica las prácticas nucleares norcoreanas, porque pretenden hacer lo mismo, y si no fuera así, es muy probable que tampoco la condene, pues el enemigo de mi enemigo es mi amigo.

Este tipo de incongruencias son las que desvirtúan y pueden llevar a un fortalecimiento de prejuicios en detrimento del pueblo islámico, de gran trascendencia e importancia en la historia de la humanidad.

Los asuntos y codicias geopolíticas se disfrazan de argumentos religiosos, de manera que los adeptos a defender una postura, lo hagan de manera trascendental, pues ya no se trata de una política de gobierno, sino de su religión, de su forma de entender al mundo, su cosmovisión. Ello queda demostrado con este particular asunto, desprendido de una breve cita, que no por ser pequeña, carece de significados y significantes. Es acaso, lo expuesto líneas arriba, uno de los recursos más bajos y repugnantes en los que puede caer una clase dominante por mantener una línea determinada de gobierno y una posición (cosa realizada no sólo por Irán u otros regímenes fundamentalistas musulmanes, sino también por EE.UU., Gran Bretaña y la mayoría de personas occidentales, que se dejan llevar por la errónea percepción de musulmán igual a terrorista, igual a amenaza, igual a violento y anacrónico atacante. Además es ya casi obsoleto decir que este recurso ha sido requerido por un sinfín de cúpulas, vale mencionar, acaso el ejemplo más trascendente, las cruzadas, donde se fijó una consigna para ir al Medio Oriente, cuando en realidad se trataba de obtener la hegemonía en las rutas comerciales, frenar el avance y solidez del bloque musulmán y lograr desligarse y prevalecer dominante sobre la iglesia Bizancia). Disfrazar sus reales intereses como principios religiosos, en especial en una religión que propone la paz, al igual que la cristiana. Pues si bien es cierto ha tenido matices radicales, esto es una evolución natural de la institución religiosa, más aun en una de tal envergadura.

Ojalá, el resto de países islámicos y su alta dirigencia clerical note este error, esta disimetría en las medidas de las varas que usa Irán para medir, como prefiere, a sus pares y sus acciones.

miércoles, octubre 11, 2006

El dichoso blog

La idea de escribir me hace volar (no se interprete “volar” en un sentido narcótico) en los amplios firmamentos de la imaginación, y hasta la ilusión, y es de tanto volar, que me olvido de escribir. Algo como lo que en su momento escribió el inagotable Juan Ramón Jiménez[1]: “Ante mí estás, sí; mas me olvido de ti, pensando en ti”. Qué gran expresión de este español de grandes relatos, célebres poemas y epitafios ideales. Sin embargo, es cierto, eso sucede, y sucede generalmente cuando pasa. Pienso tanto en algo, que olvido hacerlo y absorto en la fantástica dialéctica de mis supuestos, me enrumbo en una empresa extraordinaria, la de maquinar historias, engranar reflexiones y componer oraciones. De pronto me quedo dormido y aquellas nebulosas multicolores quedan disipadas más rápido que el humo de un fósforo consumido.

He creado este espacio justamente para eso, para poder escribir antes que se acumulen salvajemente las ideas, las palabras y las ansias y no pueda ya hacer nada ante el chamuscado resultado de meter tantas cosas en un horno que solemos llamar memoria. No es para ser leído -aunque también es por eso, y en realidad de eso se supone que se trata en segunda instancia-, sino para escribir.

Los temas son miles y en muchos casos, recurrentes. ¿Cómo es eso?, es pues la proliferación de temas, que en el más elemental fondo, tienen una misma raíz.

El motivo por el que comencé a escribir este texto en particular, era para hacer ciertas reflexiones sobre el blog. Este espacio es uno de los dos en los que participio, y aunque en este soy amo y señor de mis arranques y de lo que sea que sea publicado, también disfruto del otro, el cual comparto con un compañero de trabajo y estudios y con un colega de oficio y profesor universitario. Curiosos sujetos que merecerán más espacio después.

Estos espacios se abren como una puerta milagrosa y cuasi celestial a quienes tienen esa ansia incontenible de escribir y publicar sus escritos, algo que en soporte tradicional, es decir, papel, resulta mucho más caro y mucho más trabajoso. La interacción que también ofrece este servicio web es muy útil, o en todo caso entretenida, no obstante puede llegar a ser una molestia, pues cualquiera puede decir lo que le venga en gana sobre lo escrito. Hay que verlo como un ejercicio a la tolerancia, que buena falta hace en el orbe hace aún más buena cantidad de siglos.

Las utilidades son tan diversas como las personas que redactan y cuelgan sus posts. Uno que tuve la oportunidad de leer hace unos días fue el de una británica. El nombre era three beautiful things (tres cosas bellas), y se trataba de algo así, la mujer dueña del post, desde hace cerca de dos años escribe todos los días tres cosas bellas que le pasaron en el día, o en todo caso y para ser más precisos, tres cosas que pudo percibir y que califica como bellas. Una labor diaria que el que suscribe encontró demás original, alentador y agradable. Otros vomitan sus más biliares posiciones y hay quienes simplemente se desahogan colgando lo que les sale luego de unos momentos frente al teclado.

También hay, como el caso que me comentaron alguna vez, o algunas veces, porque fue más de una oportunidad cuando lo escuche y leí, el de un periodista brasilero que mayor éxito no alcanzó en los medios de su amazónico país y, desempleado y seguro que muy frustrado, comenzó a escribir en un blog. De qué escribía no lo sé a ciencia cierta. Eran, supongo porque me parece que también lo leí o escuché, aunque no lo aseguro, textos sobre noticias, análisis y demás labores de las que fue apartado, al parecer más que por incapacidad, por sobre oferta de colegas en los medios cariocas. Tal fue la respuesta del público ante su blog, tal la acogida y la tremenda interacción con sus visitantes que la cadena Globo (si mal no recuerdo) lo llamó y con algún jugoso contrato o acuerdo lo llevó a sus filas, dentro de la nueva modalidad que le sirvió tanto. Sigue con el blog, pero trabajando para la inmensa cadena brasilera.

La disertación, según los criterios de usabilidad, es demasiado amplia, así que por respeto a lo aprendido y que considero prudente, este tema será tocado más adelante, muy probablemente en la siguiente entrada que haga.


[1] Juan Ramón Jiménez (23 de diciembre de 1881, Moguer, España- el 29 de mayo de 1958, Santurce, Puerto Rico). Premio Nóbel de Literatura en 1956. Reconocido autor “Platero y Yo” (1917) y ejemplares obras de poesía moderna y post-moderna como “Diario de un poeta recién casado” (1916), “Eternidades” (1918), “Piedra y cielo” (1919) y “Dios deseado y deseante” (1948-49).

domingo, octubre 08, 2006

MIRADAS Y VICEVERSA

Cuestiones que se originan al ver y dejarse ver. Muy recomendable.


“Llorando a aquella que creyó amarme” es el nombre que escogió Alberto García Alix para su más reciente exposición fotográfica. Una mirada ácida, un relato espasmódico de retratos, y no sólo en el aspecto convencional del término, sino retratos de ideas y sensaciones por medio de cada fotografía. Volviéndose un paseo por una alameda de impresiones.

La manera de tocar puntos de personalidad en cada una de sus composiciones y lograr transmitir sensaciones mediante actitudes, de forma completamente clara, valiéndose de formas sugestivas, y en la mayoría de los casos creando un registro explícito, es resaltante. Utilizando posturas (a veces sólo un gesto) congeladas; dejándolas desamparadas de todo menos de sí mismas mediante la quietud mausoléica del blanco y negro, aniquila todo pasado referencial y evita todo futuro probable. La imagen está despojada de juicio alguno, en una entera libertad expresiva y enunciante.

García Alix no juzga, sólo señala, retrata aquello que nadie quiere ver. Las parias de la sociedad. Se vale de la prostituta, del motociclista errante, del actor porno, del tatuaje escandaloso y la droga, de la ambigüedad sexual, para mostrar que sí existen tales cosas. Que no por hablar de ellas en secreto y susurrando dejaron de ser o estar.

Sin embargo y aunque su obra -o por lo menos esta parcela de obra, debo decir que no estoy familiarizado con él ni su trabajo, no de manera entera y cabal; no obstante logré sentir una suerte de deja-vu sensorial- se propone como una apuesta sórdida, no lo es. La ternura y la representación de esas ansias que se sienten, por medio segundo en algún momento y luego pasan, por más diminutas y fugaces que sean, no se olvidan. Quedan tatuadas en el alma, como los garabatos de tinta vegetal en los brazos de fotógrafo.

La soledad, recurrente tópico en la muestra, se ve particularmente magnificada en “El dolor de Elena del Mar-1998” donde una joven rapada, desnuda, con la mirada distante, está sentada fumando un cigarrillo, probablemente el último que tiene. Melancolía en niveles tan altos, de un arraigo tan universal y profundo, que no es extraño que no se pueda ver la foto más de 15 segundos. Algo nos dice que debemos dejarla sola en su incontenible melancolía, en esa armonía solitaria propia de un ángel caído o de un coyote famélico.

La ternura y la sumisión (que logra causar el efecto de ternura en muchos casos) fueron tocadas muy heterodoxamente en las fotografías donde aparece la actriz porno llamada Michelle. En una de estas, sale acompañada por un compañero de oficio, empero la relación entre ambos no se basa principalmente en sexo, sino que pretende mostrar un lado más humano. Son personas, se conocen, probablemente tengan familia, parejas y hasta hijos, ¿qué tiene pues, que sean actores porno? No es gratuita esa pregunta, se puede plantear a lo largo de toda la muestra, sólo basta cambiar las dos últimas palabras de la interrogante y colocar en su lugar lo que se plazca: drogadictos, prostitutas, homosexuales, suicidas, etc. Todas son personas, todos sienten, hagan lo que hagan, hayan elegido el camino que eligieron ¿acaso eso los priva de su humanidad? Dejar de lado los juicios de valor, ser realmente sinceros y empáticos, sin caretas, reconstituir una escala de valores de acuerdo a las verdaderas pautas en las que nos encontramos, todo esto sin justificar algún proceder en particular ni abanderando algún credo por encima de otro, es lo que propone el autor.

Una muestra de ello es el retrato Gioconda, el que podría ser la foto más correcta, menos ofensiva. Es sólo un retrato común y silvestre de alguien que no representa tacha alguna a código moral alguno, más bien, sugiere perfección, belleza y claridad, evocando al famosísimo cuadro renacentista. Sin embargo la toma está fuera de foco. Borrosa. De tal manera que no se puede ver en detalle el rostro, no obstante la belleza de la toma trasciende la imposibilidad de verificar y atender a los detalles. Es bella porque transmite belleza, no porque necesariamente lo sea.


En la primera línea, en la vanguardia de este texto, se alza vigoroso el nombre de la exposición. El nombre tampoco es gratuito. Llorando a aquella que creyó amarme. Aquella, que se alza como un recuerdo punzante y lejano, no lo amó, sólo creyó hacerlo. Nuevamente García Alix, propone, mas no impone. No juzga, por más íntima que puede ser la cuestión, si está bien que lo haya amado o haya creído amarlo. Deja la problemática deambulando en las reflexiones del espectador y en sus propias experiencias. No es casualidad que la fotografía que leva el nombre de la muestra, sea de un maniquí con un traje de noche, aquellos con “lluvia”. Tan frío como abrumador.


Texto originalmente escrito en marzo del 2006, a propósito de la exposición de la mencionada muestra, realizada en el Centro Cultural España. (Nota del autor)

viernes, octubre 06, 2006

Prefacio.

Por fin la creación del dichoso blog. Hace varias semanas, es probable que lleguen a meses, que tenía intención de hacer uno, lo logré con más esfuerzo del médicamente recomendado y ya está. Y ahora la satisfacción de haber logrado algo. Haber Engendrado algo. Uno se queda atónito frente al resultado final. Lo contempla. Lo admira. Deja de verlo, sólo para verlo después, y tratar -de hecho lo hará- de encontrarle más ángulos. Por el hecho de regresar y ver que sigue ahí, esperando el advenimiento de su creador....suena a historia conocida.

Realmente me entusiasma la idea de tener un diario privado de acceso público. Porque ya podré publicar en la web lo que me venga en gana y tendré la maravillosa oportunidad de escribir en primera persona, cosa que mis estudios universitarios, con mayor rigor, los cursos de periodismo, se encargan de hacer un tabú. La cosa se pone difícil luego de unos ciclos así, y me doy cuenta que hablar de mí, hacia mí y desde mí, es más complicado de lo que parece.

La norma general dice que el título o encabezado de algún texto debe ser explicado en el mismo. Darle una razón de ser, sino, a qué se debe el bodoque o par de líneas que se escribieron.

Para aquellos que no lo saben, el nombre de este espacio es el epitafio de Borges[1]. Son pues estos breves textos, que se ciñen en una plancha de mármol, concreto o piedra, las líneas que acompañaran eternamente a quien yace unos metros debajo. Son como recordarán a aquel que ya no está entre nosotros, sino debajo de nosotros. Su referente. Unas líneas que trascenderán en el tiempo, acaso la encarnación gráfico-sintáctica del ser.

Cada uno pretende hacer justamente eso, trascender. Y si su epitafio nació de su propio ingenio; si logró dar aquella frase al mundo, aquella que lo inmortalizará, entonces cumplió. Si su epitafio, de autor cualquiera logra descifrar su entera existencia, mérito del que lo escribió, por hacerse profeta, mérito también del ahora dueño de la acertada cita ajena, porque son el mismo. Cada escritor que ha pasado por esta hermosa esfera azul ha soñado, en sus más alocadas fantasías, alcanzar la gloria máxima de la inmortalidad por sus escritos. De ser el ser absoluto del ingenio y la reflexión. De decir lo que nadie dijo -escribirlo en todo caso-, o decirlo -escribirlo- mejor. Al final del camino, el mejor epitafio será el que reconozca que no alcanza siquiera captar un matiz de la grandeza del espíritu que pretende envolver. Aquí yace el que en vida fue, y en ser continúa siendo.

[1] Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 24 agosto de 1899 - Ginebra, 14 de julio de 1986) Grandioso autor universal, incontenible en sí.