domingo, febrero 15, 2009

Eva

¿Qué tienes en los ojos? ¿Qué es eso que hace que mires las cosas que están más allá, que reconozcas muda el sentido original de lo que está sin ser visto, de lo que respira por debajo de la piel, de lo etéreo?

¿Qué es lo que ves? La mirada fija, seria, imperturbable que viaja por el espacio como el tiempo, sin culpas, sin piedades; libre de cualquier lazo que limite su explosión. Aquel observar diáfano que sabe el nombre de todo antes de conocerlo, que está un paso delante de lo que aún no existe, que pisa con pétrea seguridad el porvenir; que destila genuina pureza.

Nace de unos ojos enormes. Ojos que son océano. Tienen silencio y vida; ritmo y brisa que acaricia con manos imposibles a través de la piel y deja la sal tibia unos centímetros dentro del pecho, justo en el centro. Son estables en todo este caos: la semilla fértil del valle. El calor antes de dormir. La sonrisa que nace espontánea y hace que todo tenga un poco de sentido en la espera que a veces pesa tanto y a veces se soporta con paz cuando te veo y tus ojos dicen todo eso que no se puede traducir, pero que en este momento es perfectamente lógico. Necesario.

Las pausas en tu parpadeo son amables. Incorruptibles. Y hablan al oído susurrando secretos indescifrables de una época remota de la que no quedan más que sospechas entre sueños que desaparecen al despertar. De tus pupilas emana el lenguaje perfecto y desconocido, intraducible, comprensivo. Y su sentido anida en algún lugar, drenándose de cuando en cuando, como una savia que mantiene viva el alma con su denso y fresco compás.

Yo te observo absorto desde un rincón. Te veo ver, soberana, con la vista puesta más allá, viendo las cosas más allá de sí mismas. Te veo verme y en el momento en que nuestros ojos coinciden en el segundo preciso todo se vuelve un tanto más claro. Adivino el mensaje de las constelaciones que jamás he visto y una melodía comienza a volar entre ramas jóvenes que nacen y crecen alrededor.

Y busco cómo describir aquellas cosas que salen de tus ojos. Busco las palabras para nombrarlas y caigo en cuenta que no puedo hacerlo, más que viendo tus ojos. Viendo como me ves a los ojos. Viéndome verte cuando me ves.

1 comentario:

leticia mersault dijo...

mencantaron muchos de los poemas!
deberias leer a lucho hernandez!
[en el caso de que no lo hayas hecho, claro está]

leticia : )