Tu beso se quedó
como hincando. Prolongando
–en sí mismo–
su momento a siglo.
Te quedaste como besando
y el beso tuyo
–capullo, suspiro, gota–
se extendió,
en brutal erupción, al infinito.
jueves, mayo 14, 2009
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1 comentario:
Que lindo Fer... Me da gusto leerte! Sigue escribiendo...
Saludos de lejos!
Ale
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