viernes, mayo 16, 2008

Ganas-texto breve

Hoy tengo ganas de amanecer con un vaso medio lleno en la mano y con humo escalando mis brazos y coqueteándome tras las orejas, quedándose en mi cabello. Quiero hablar de ti toda la noche sin decir tu nombre, sin llamarte para no verte y morirme de ganas de hacerlo. Quiero dar vueltas, caminar entre las calles mías que tantas veces compartimos, de un lado al otro, entre la neblina, como si tuviera que ir entre este vapor helado y percudido y quebrarlo, impregnarlo de mí y de mis palabras que son tú con otro nombre, que tienen tus olores y tu sonrisa, otra vez la sonrisa que sueltas cuando tomas, otra vez, y ahora tengo ganas de sonreírte y esa sonrisa, aquella tuya que se me hace mía en noches como esta, me da vueltas y el humo que sube, y el vaso que se llena, y la sonrisa que vuelve y la luz dorada que nace del poste en la neblina, y el humo que sale de mi nariz dibujando tu sonrisa, otra vez, frente a mí cuando cierro los ojos y la veo ahí, cerca, tan cerca, cuando cierro los ojos y está ahí frente a mí, esta noche, otra vez.

Amaneceré caminando, quizá sentado, con un vaso medio lleno, terco, con humo saliendo por mi nariz y dibujándote, dibujando la sonrisa y los ojos que se te hacen diminutos al sonreír, tras de mi con el humo que se va gentil, humano, mío.

miércoles, mayo 14, 2008

Petición-texto corto

Amémonos. Amémonos como antes, como cuando todo era nuevo, como cuando el sol se nos filtraba puro por las ventanas, entre las cortinas que revoloteaban, como nosotros, en perpetua sonrisa y emoción. Déjame abrazarte como antes, cuando temblabas un poco mientras descubría tus siluetas y los contornos vírgenes de tu cuerpo.

Abrázame, abrázame con el olor de la felicidad que destilabas sintiéndote mía, viéndote reflejada en mis ojos y en el espacio absoluto de mi pensamiento, repitiendo por siempre nuestros dedos cruzándose, sellando un juramento y un baile.

Tenme una vez más, como antes, como si fuéramos tú y yo, aquellos que éramos antes de ser estos que somos, que se inmolaban de amor bajo algunas hojas sin tiempo y en las caminatas de neblina. Ámame, tenme, suspira y muere en mi pecho agitado en el momento en que se une a ti.

Ámame al momento exacto que te amo, una última vez –si quieres luego te puedes ir, esta vez en serio, para siempre–, que luego yo me las arreglo con el dolor.