sábado, setiembre 29, 2007

El cigarro y el café

Tenía el mentón y algunos ángulos de la nariz de roble y a veces de Al Pacino interpretando a un coronel ciego. El cabello, siempre limpio, siempre suave, siempre entrecano, peinado hacia atrás. ¿Recuerdas cómo te quedabas inmóvil a veces contemplando el vapor del café en la medialuz del comedor? De ti me quedó lo de tomar café y acaso también la afición por el cigarro, que si no es por ti, es para ti en un homenaje o en un recuerdo, en fin.

Hoy es tarde que se muere. Es tarde fría en las manos, recurrente, y las moras siguen tal como las dejaste acá en la calle Berlín. A veces caminaba hasta tarde en la noche. A veces camino yo también por Miraflores y me gozo en silencio en sus garúas. Voy por calles que transito desde antes de conocer y me paro en una esquina a ver como la noche me ve desde arriba.

Tenía la piel nacarada y la frente amplia. Su andar, pausado y seguro parecía el del tiempo. Era duro y firme y los te quiero se le escapaban con mucho esfuerzo por un huequito pequeño en la piel, luego abrían los brazos libres y eran enormes y hermosos, como un atardecer que es tan grande que es amanecer y de nuevo atardecer. Fumaba cigarrillos Hamilton, usaba de cuando en cuando un gabán negro de aires solemnes y no tomaba muy en serio el color de las casas.

Algunas noches me quedo, como en esta noche que nace prematura, pensándote y recuerdo el mantra que me regalaste, veo el cuadro que me regalaste y las lecciones que también me regalaste a tu manera, me echo de nuevo en la cama y otra vez es una noche pretérita y otra vez me abrazas con esas manos grandes de huesos sólidos y egocéntricos, ya es hora de dormir. Hasta mañana.

lunes, setiembre 03, 2007

De rabias y temblores

Han pasado varios días, suficientes como para poder escribir sin que se me inflame el hígado y sin renegar más de la cuenta porque me confundo al poner las tildes en este teclado. Como digo, han pasado ya varios días, no obstante no son muchos, dan espacio para voltear la cabeza, mirar atrás y analizar algo. Luego del terrible terremoto que destruyó el 95% de Pisco –si no fue más-, a uno, en este caso a mi, le queda un sabor amargo en la boca, como si la bilis se nos escondiera en las encías.

¿Cuál es el motivo de tanta cólera? Pues, sencillamente la desorganización mayúscula a la hora de ayudar sustantivamente a todas las personas damnificadas y afectadas por el sismo. Una semana después del terremoto a la gente aún no le llegaba la ayuda necesaria y la que lograba arribar a las localidades en cuestión en realidad se acopiaban en pocos puntos y los caseríos, poblados alejados y hasta las personas que viven a unas ocho cuadras del centro de acopio no lograban ver la ayuda.

¿Quién asume la responsabilidad? Defensa Civil, organización encargada de coordinar los envíos de ayuda y garantizar la buena distribución de ésta simplemente no lo hacía. Las toneladas de ayuda que llegaban de distintos países, ¿A dónde se iba?, ¿Los millones donados por la Unión Europea?, ¿Las carpas donadas por Estados Unidos? Por qué la gente, una semana después seguía durmiendo a la intemperie, tapándose a veces con bolsas plásticas, bebiendo agua del piso. Tengo amigos que han ido el mismo día y después de una semana, ellos lo han visto, yo lo he visto a través de sus ojos, y no solo vi la miseria de la ciudad y su gente desesperanzada, vi que algo en ellos también cambió.
¿El gobierno regional asume la responsabilidad, el central lo hace? No. Y ya nadie quiere hablar del tema. Mejor no hacerlo y todos nos olvidamos de esto porque ya llegaron los jotitas y ellos son el Perú, buena muchachos llegaron a cuartos de final y miren desde este lunes la nueva serie del grupo néctar, pronto venderán el cd con la música de la serie, barato nomás y el lucro con la desgracia...eso es gratis y de refilón.

No se puede, como si no importara nada, mirar a un costado. La desorganización a costa de la vida de estas personas que lo han perdido todo es intolerable. Además de los comentarios de Alan García, notablemente molesto por las críticas contra él y su gabinete sobre la reacción ante la emergencia, diciendo que la gente pide de más, que ya se atendió al noventaytantos por ciento de los afectados, minimizando las críticas en general. Ver que funcionarios públicos se robaban las donaciones de la gente de su comunidad y sosteniendo en su defensa que no se quedaban con la ayuda, que se trata de excedentes…¿Qué clase de persona sub normal dice eso?

Dos días después del terremoto fui al hospital Rebagliati, uno de los más grandes en Lima, para donar sangre. A las 11.30 de la mañana, a las cerca de 70 personas que estábamos reunidos en la diminuta sala de espera nos dijeron que estaban “estoqueados”, es decir, excedieron su capacidad de almacenamiento de unidades de sangre. Muchas gracias por venir, nos sentimos muy felices, pero si tienen cosas que hacer, pueden ir, en todo caso quieran quedarse y donar, quédense, pero demorará aún unas tres o cuatro horas”, dijo el médico que dio el aviso. De esas personas unas 50 no retornarán, porque ya no podrían o porque ya no querrán. Son 50 unidades de sangre menos para las personas que las necesitan.

¿Si estaban rebasando su capacidad entonces por qué el Ministerio de Salud manda un comunicado señalando que están completamente operativos para poder recibir donaciones de sangre y que no necesitan ayuda?, ¿Por qué todo el año hay una campaña de donación de sangre en el hospital Angamos, pero cuando fui dos días después del incidente en el Rebagliati me di con la sorpresa que ya no estaba la carpa de siempre y que tenía que ir al Rebagliati otra vez a probar suerte?

Son un sinfín de cosas, una mas indignante que la otra, que no hacen más que frustrar y uno se pregunta ¿Qué carajo tiene esta gente en la cabeza que los hace tan insensibles, qué hace posible que su propia incompetencia les importe tan poco y que salir en la foto tanto?